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Week 8: Segunda victoria de lo más trabajada (60-51)

07.08.2021

Hasta 111 puntos se llegaron a ver en el Estadi Municipal de Reus en un partido de esos que hacen afición. Alternativas para ambos conjuntos y una victoria final de los Dragons que hizo estallar de júbilo al respetable. Dos victorias seguidas en casa, además de la grandísima actuación en Hamburg, que hacen que la progresión y el buen estado de forma en el que se encuentran los nuestros sea muy evidente.

El partido arrancó con un primer drive dirigido por los Cologne Centurions. El equipo alemán fue avanzando hasta plantarse dentro de nuestra end zone consiguiendo así el primer touchdown; que llevó la firma de Madre London. Pero fuimos capaces de responder de la mejor manera. A la que dispusimos del balón nos pusimos manos a la obra. Los de Adam Rita le dieron la vuelta al marcador gracias al TD de Jordi Torrededia y al buen extra point (7-6). El joven WR catalán volvería a ser protagonista unos minutos después, cuando logró atrapar a la perfección un laser-pass medido de Zach Edwards (13-6).

El segundo periodo comenzó del mismo modo que lo había hecho el primer asalto; con TD de los Centurions. Pero los visitantes volvían a no completar su jugada de anotación. Esta vez fueron a por la conversión de dos, que tampoco pudieron materializar (13-12). A ese golpe visitante, los nuestros se sobrepusieron a las mil maravillas. Y es que Adrián Jiménez, entrando como una auténtica bestia a la zona de anotación rival, hizo subir el 19-12 en el marcador. Nuestra defensa estaba cuajando un muy buen encuentro hasta el momento. De hecho, a falta de poco más de cuatro minutos para llegar al descanso consiguieron parar el ataque de Centurions y dar una posibilidad muy buena de incrementar las diferencias. Esa oportunidad la aprovechó, quién si no, Jéan Constant. El ‘5’ hizo que volvieran a aparecer esos gritos de ‘¡MVP! ¡MVP!’ en las gradas. Al descanso se llegó con una cómoda ventaja de 26-12.

Tras pasar por los vestuarios nos tocaba recibir el balón e iniciar el primer drive de la segunda parte. Y… ¡de qué manera iniciamos ese tercer periodo! Rémi Bertellin cruzó más de medio campo con una carrera imparable para hacer subir nuestra ventaja hasta las tres posesiones de diferencia (33-12). Pero a partir de ese momento el encuentro cambió de manera radical. Pareció que saltaran los plomos y se fueran las luces en los Dragons, aspecto que aprovecharon los Centurions para ir acercándose en el marcador y poner mucho picante al partido. Lo consiguieron de la mano de un Madre London que, si en el primer tiempo no había conseguido correr y ganar yardas con esa facilidad pasmosa que ha demostrado a lo largo de la temporada, en este tercer cuarto se destapó.

Al último cuarto se entró con un resultado muy parejo: 33-31. Absolutamente nada decidido y mucho partido por delante. Comenzó el último asalto con un primer TD alemán con el que los Centurions le conseguían dar la vuelta al marcador tras muchos minutos por detrás en el mismo. Pero los nervios no invadieron a los de Adam Rita. La ofensiva sacó todo su potencial para contestar con un touchdown firmado por Samu Anca, que devolvía la ventaja de dos (39-37). Los visitantes volvieron a tirar del juego de carrera para recuperar el liderato en el resultado, pero les duró poco la alegría, ya que Zach Edwards volvió a aparecer para sacar su magia. Empató el partido con su TD, mientras Jaume Llinàs nos puso por delante haciendo bueno el extra point (46-45).

Sobrepasado el tiempo muerto obligatorio de los dos minutos cogimos algo de aire gracias a otro TD de carrera de un Adrián Jiménez prácticamente imparable. Pero a los Centurions todavía les quedaban fuerzas para otro arreón más. Consiguieron el TD pero no la conversión de dos con la que buscaban empatar el partido a 53 y asegurarse prácticamente la prórroga.

Fue entonces, con ese 53-51, que llegó el último momento mágico del partido que se estaba guardando nuestro QB1; que se estaba guardando Zach Edwards. El ‘1’ engañó a toda la defensa alemana para quedarse con el balón, amagando muy bien la cesión a Jiménez, para protagonizar un ‘roll out’ con el que emprendió una carrera que nadie pudo parar hasta meterse en la end zone. Euforia desatada, tanto en las gradas como en el césped y baile de Zach para celebrar que la victoria se iba a quedar en casa de manera definitiva con ese 60-51 final.